Remar en vano

Junto al café dejé para ti,
como antes tú me solías dejar:
una nota capaz de decir
lo que el corazón entonces
no lograba exclamar.

El dolor me rebalsó y
por mucho que di e intenté
el perdonarte me mató el amor,
me mató la intención de seguir,
de remar en vano, otro día,
una vez más por los dos.

Y no es
que pienses que,
yo
por quitar cuerpo,
me rendí,
no es así.

No existe
guerra por ganar
si desde el inicio
solo había un bando,
si el otro siempre
se negó a «jugar».

Por eso
es mejor así,
mejor dejar pasar,
mejor continuar.

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