Irremediablemente pereció;
en las células dejó de brotar
lo que de morir lucía incapaz,
irremediablemente se extinguió.
De nuestras almas fugó la atracción;
se acabaron las fuerzas para amar
al negarse la tristeza a volar,
y entre las pieles también el calor.
He llorado y, busqué pensar en mí,
en poco tiempo lograr olvidar
tu promesa abandonada por ti.
He llorado y quizás por gravedad,
por el amor que debí despedir
ya cansado de en vano tanto dar.
He llorado y, busqué pensar en mí,
en poco tiempo lograr olvidar
tu promesa abandonada por ti.
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