Viví siempre negándome a ver
lo que es muy, muy claro ahora,
que era la misma persona:
quien de besos a mí me cubría,
quien al darle la espalda reía.
Viví siempre negándome a ver
lo que es muy, muy claro ahora,
que era la misma persona:
quien prometía velarme el sueño,
quien no estaba cuando me iba al suelo.
Se quiso llevar
toda mi fe en la humanidad,
pero antes de ello
me pude yo al fin despertar.
Me pintaron de rosa el amor,
me hicieron creer que
de caricias yo dependía;
me pintaron de rosa el amor,
me hicieron creer que
estar sola es estar tan vacía.
¡Qué grande fue toda esa mentira!
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