No vi, no pude notar
hasta que un día dolió,
hasta que vi
a tus besos ser barcos
de otro puerto;
hasta que vi
tus manos desembocando
en cuerpos ajenos.
Decías ir
en la misma dirección,
decías amar tanto como yo,
tantas cosas decías
como que yo era tu mundo;
hoy que caigo y no veo tu mano,
es innegable que
todo ya se marchó por un caño,
es innegable
la ausencia de algo que
se suponía era mutuo.
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