Tantos años,
Tantas señales
Y a pesar de sus incontables defectos,
Te pusiste como escudo…
Cuando se hablaba mal de ese ejemplar,
Cuando te repetía que no te convenía,
Que dejaras a ese testarudo.
No quisiste ver,
Y hasta lo preferiste a él…
Que a nuestra amistad,
Que a tu familia,
Que a todos los que solo buscábamos
Tu felicidad y tenerte protegida.
Amiga mía, pobre amiga,
¿Cuándo dejarás de pensar en ese hombre?
Si te engañó,
Si no te dio
Ni la mitad
De todo lo que le diste con amor.
Si en lugar de protegerte,
Solo te ha roto el corazón.
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