Te presentaste como si fueras perfecto
y nada más falso que eso.
Te dibujaste a medida;
en palabras resumidas,
lo que el doctor recetaba.
Pero ya te vi la verdadera cara,
ya me di cuenta que,
no eres monedita de oro,
tú no vales nada,
tú estás roto.
No quiero que hagas
de lo nuestro una novela,
de los dramas hoy te paso.
Ya yo estoy cansada
de escuchar promesas,
tú te piensas que soy de madera,
y no es así,
yo te dejo hoy,
hoy me cambio de vereda.
Te presentaste como si fueras perfecto,
pero apenas, solo eres un pendejo.
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