Hoy tú ya no estás por aquí,
ni rastros ni una razón,
solamente yo recordando mi error,
arrepentido por creer tanto en ti.
Fueron así,
cayendo en picada tus cuentos,
sin alas, sin un paracaídas ni aliento;
fueron en fila,
más de un sin fin de mentiras,
tantos inventos que,
tú siempre a mí servías.
Tú me fuiste tumbando
con odio más lejos,
me acabaste
en medio del más puro silencio.
Con nula piedad
tu fabricaste dolor,
mi sentir nunca,
jamás a ti te importó,
tu amor fulminante
fue más duro que el tiempo.
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