Detrás de la cascada

No puedes ver nada
aun teniendo todo
en frente de toda la cara;
contigo se van en vano
las tardes, las noches
y así también las mañanas.

Corazón, no sé
qué más hacer,
grito, yo reclamo
y no consigo, no,
no consigo alcanzarte.

No sé si me ves,
y si lo haces
no sé con qué intención;
no quieres entender
tú cómo nos va.

Mis ojos,
detrás de la cascada
de amargas lágrimas,
te dicen:
flores no, por favor,
yo quiero amor.

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