El resto del mundo

De niños fue que yo te conocí,
y entre juegos nos hicimos cercanos,
yo cuidaba de ti como un hermano;
esos años bastaron… y nació,
algo fiel y sincero, algo de dos.

Pese al quererme, tú,
pese al quererte, yo;
pese a gritarlo y sin entender razón,
nos separaron, pero no el corazón,
nos obligaron a decirnos adiós.

No lo pudieron borrar de la mente,
estaba tatuado profundamente,
este amor vive pleno en nosotros,
este amor tan resistente a todo.

Hoy, yo te pido que vengas conmigo,
no mirar hacia atrás, solo luchar,
que el resto del mundo nos deje en paz.

Hoy, yo te pido que vengas conmigo,
olvidar el miedo y el qué dirán,
que el resto del mundo nos deje en paz.

Compártelo en

Deja un comentario

Descubre más desde Piereh Antoni

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo