Después de tanto engaño,
a pesar de perdonarme y jurarme
que nunca más volveré a enamorarme.
Estoy aquí, plasmando el sentimiento
en el más profundo silencio,
para decirte
cuánto es lo que yo siento.
¿Quién lo diría?
Que tú serías un lucero en mi vida.
¿Quién lo diría?
Que tú serías para mí fruta prohibida.
Y aunque me duela pronto
deberás marcharte hacia otros brazos.
¿Quién lo diría?
Que muy dentro, muy profundo,
yo por ti me estoy muriendo.
¿Quién lo diría?
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