Todavía tú y yo, bajo el mismo techo,
los niños no dejan de llorar;
la rutina asfixia, ya todo está hecho,
el tiempo pasó y nada es igual.
El amor se va de tu mano, ya ves;
y así nos espera en el sofá,
sin prisas, tomando el más frío café,
el miedo, en total comodidad.
Quizás sea el momento perfecto,
la ocasión para aceptar nuestras culpas,
la ocasión para pedirnos perdón;
quizás aclaremos toda duda.
Ya se va nuestro amor,
el dolor toca la puerta,
queriendo entrar.
Ya se va nuestro amor,
sale sin prisa de casa,
no mira atrás.
Ya no queda mañana,
duele esperar el final,
todo se va.
Deja un comentario