¿Promesas?, no gracias,
tengo un libro lleno de ellas,
de ellas, en mi necia cabeza.
Tus cuentos son para niños;
tú siempre lo arruinas
y rompes cada ilusión,
¿hoy tú pretendes pedirme perdón?
Parece que es tarde,
murió el sentimiento;
al río, la sangre llegó,
se ha muerto este tonto amor.
Parece que es tarde,
creí cada invento;
fui demasiado necio e ingenuo,
muy tarde noté estos cuernos.
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