Nada nos duró, y fue mucho lo apostado,
siempre ignorando demasiado tus faltas;
ingenuo, creía ser el más amado,
ingenuo, tomaba las migas que dabas.
Juntos, nos hicimos un daño pensando,
en vano, tratar de revivir lo nuestro;
hoy dejo atrás tus siempre fríos abrazos,
el fin llegó, y con ello ni un solo beso.
Yo ya no creo en amores,
yo ya no confío en ti,
demasiado un día te di.
Yo ya no creo en palabras,
yo ya te quiero muy lejos,
tú te fuiste muerta del miedo.
Tú no tienes alma,
tú no tienes nada;
fui un corazón más entre tus rejas,
vive en tu pecho, solo una piedra.
Deja un comentario